martes, 8 de septiembre de 2020

DE ESTUDIANTE A CIENTÍFICO

Cuando Alexander Oparin y J. B. S. Haldane propusieron su hipótesis afirmando que las condiciones en la Tierra primigenia, distintas a las actuales, favorecían de hecho ciertas reacciones que habrían sido capaces de sintetizar elementos orgánicos a partir de sustancias inorgánicas y que de estas últimas, posteriormente, mediante reacciones todavía más complejas, aparecerían los diversos ladrillos para la vida, parecía una hipótesis muy atractiva, pero había que demostrarla. 
Fue entonces, en 1952, que un estudiante llamado Stanley Miller propuso a Harold Urey, su entonces director en la universidad de Chicago, la realización de un experimento que intentara simular las condiciones químicas y ambientales de la Tierra primitiva, para ver si estas podían dar lugar a moléculas orgánicas. Sin pistas sobre si algo así llevaría un tiempo muy largo, Urey aceptó la propuesta y permitió la realización del experimento. Los resultados se publicaron al año siguiente.
Gracias a ese trabajo la nombrada hipótesis tuvo tanto éxito.



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Harold Urey trabajando en su laboratorio.

fuente: www.noticiasdelaciencia.com

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